Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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martes, 27 de septiembre de 2016

Reservas naturales de Jiuzhaigou y Huanglong (Sichuan)


Dos de los mayores atractivos de Sichuan, provincia al medio este de China, son sus dos reservas naturales, relativamente cercanas una de otra, pero a casi 200 kms al norte de la capital, Chengdu. Las dos se adentran en el Tibet y, de hecho, están relacionadas con la cultura y la historia tibetanas. Jiuzhaigou (九寨沟)significa sencillamente 'las nueve aldeas', en tanto "huang long" (黄 龙)'el dragón amarillo', hace referencia al "río amarillo". 

El viajero ha ido, desde Chengdu, a las dos, un par de días. Las poblaciones y lugares de los alrededores son focos para turistas, amontonamiento de hoteles, restaurantes, tiendas de recuerdos.... y centenares de autocares, que día tras día vuelcan miles de turistas –suele ser turismo interno, chino, con pocos occidentales, aunque algunos hay– que forman grandes colas a la entrada de los dos parques, muy cara para los precios de China. Y que allí pasan el día, siguiendo el itinerario que se ha preparado sobre caminos de madera, maravillosamente construidos –los chinos son increíbles haciendo estas cosas. Los caminos, de varias decenas de kilómetros en cada caso, recorren los lugares más pintorescos, salvan cataratas, ríos, lagos, montañas y llevan a la gente por todos lados, sin que se desmanden y deterioren todo aquello. Asombroso. Digno de imitación.



Paisajes, sobre todo montañosos, con una vegetación exuberante. Jiuzhaighou presume de albergar más de 700 especies florales, de las cuales alrededor de 175 son endémicas. De esta zona nos vino la invasión floral que llegó a Europa, sobre todo la bella familia de azaleas y rododendros –que ellos distinguen en muchas subespecies–, en tanto la buganvilla es la planta y flor más común, que crece espontáneamente, y la camelia es casi habitual en cada rincón, y los árboles (serbales, abedules, ficus, pinos, hayas, secuoyas...) poseen rasgos típicos que los diferencian de los europeos.


También es la zona de los osos panda, omnipresentes en todos los reclamos publicitarios de la región, aunque yo no he visto ninguno salvaje y no he querido ir a los lugares en donde los exhiben.


Además de los paisajes, durante el verano, que es cuando yo he estado, el agua del deshielo corre hacia los valles y forma todo tipo de juegos, aliada con los terremotos, para formar cascadas y lagunas, que tienen la particularidad de colorearse, por la disolución de rocas y fosfatos. Hay lagos y terrazas de agua verdes, azules, amarillas.... que emboban a la gente, incluido este viajero.


Las ilustraciones van en bloques, las de arriba de Jiuzhaigou, las de abajo de Huanglong. Y la final, la que quiso hacerme el guía al entrar en la reserva, y la que me hice con otra visitante con la que anduve charlando.



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