Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 1 de julio de 2015

Una nueva tarea muy sencilla

A partir de ahora, por una genialidad de nuestro Soria de ministro, en connivencia con las compañías eléctricas, hemos de aplicarnos a una nueva tarea, productiva y genial, que consiste en consultar, estudiar y aplicar cada día cuando y cómo vamos a emplear la electricidad, es decir, el horario de la lavadora, del pollo asado, de la plancha, de la lectura nocturna, de la aspiradora....
Habrá que llevar un cuaderno de bitácora en donde, previo estudio concienzudo, programemos: hoy se plancha a las tres de la madrugada, o si se pasa la aspiradora en tales tiempos, mejor la plancha que sea entre 10 y 11 de la mañana, eso sí, si no coincide con que se enciende el horno para preparar un pastel; por cierto, el pastel de la tarde sale tres veces más caro que el de la mañana, a no ser que por entonces, por la mañana, encienda las luces nocturnas y vea la televisión....
¡Oh maravilla! La vida en dependencia rigurosa del señor Soria y de Iberdrola y cía, que marcarán no solo las pautas de nuestra azarosa existencia, sino también los momentos de deslumbramiento, de penumbra, de higiene....
–¿Roberto por qué apagas la luz, no me ibas a echar hoy un polvo?
– No, es que acabo de poner a grabar una peli y todavía no se ha terminado la lavadora; cuando termine la lavadora, enciendo la luz y vamos a ello...
– No te has duchado.
– Es que el agua caliente provocaría que se encendiera el calentador; solo nos podemos duchar a las 4,30 de la madrugada, ya verás qué bien.
– Roberto, ¿tú me quieres? Enciende la luz cuando me contestes.
Oh Soria, cuando miro los frescos naranjales, ¿no has sido tú el mismo que has propuesto una tasa por el uso del sol? ¡Qué valor, por fin alguien se atreve a dar la cara! Cobrarán impuestos por ponernos al sol. Luego vendrá el aire, el crecimiento de los infantes (cada 10 cm., un tramo mayor de impuestos), bostezar, recitar poemas de Machado (“Soria fría Soria pura / cabeza de Extremadura....”), mirar las partes eróticas de la gente, opinar sobre Soria, votar a Podemos, decir que “la campana de la Audiencia da la una”, y todo con su etcétera, lo que hará aumentar sobremanera el capital, que luego prestaremos a los griegos, con intereses compuestos, para que tengan que suprimir subsidios y pensiones y lleven un riguroso plan doméstico de cómo usar la luz.
¡Qué contento estoy de vivir en un país en el que se propone al común de la ciudadanía miserable –los ricos no planchan– una tarea cotidiana, seria, constructiva, enriquecedora.
"Oh Soria, ciudad castellana, tan triste bajo la luna, sin luz".


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