Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

viernes, 12 de diciembre de 2014

Museo de la Historia de Madrid


Tres largos años hemos tenido que esperar a que reabra el museo de Fuencarral, es decir, el histórico de Madrid, precioso lugar en el corazón viejo de la capital, con una riqueza extraordinaria, quizá mayor la documental que la museística, aunque sea esta muy atractiva, pues de sus fondos se suelen extraer casi todas las imágenes del viejo Madrid que circulan por ahí. Y el museo presume de cuadros, maquetas, grabados, cerámicas, estampas.... No he visto –está todo recién reinaugurado– el tenderete con el catálogo de estampas de Mercedes Agulló –riquísimo–, ni el viejo catálogo de pinturas, ni otras publicaciones que supongo que irán poco a poco adornando las nuevas salas del viejo hospital, que aparece frente a la entrada del Metro de Tribunal, delante del nuevo mercado de Barceló, un lugar casi emblemático de Madrid, desde el que puede (el Museo cierra ahora a las 14 y reabre a las 16) el visitante alargarse a comer a las Escuelas Antón, en donde se ha puesto de moda el restaurante  de Bosco de lobos, lugar cálido y bien dispuesto, enlazar con la calle Palma para tomar uno de los mejores cafés de Madrid ("Toma café"); o recorrer la calle peatonal hasta la Gran Vía –foco de multinacionales–; quizá mejor intentar ver la Academia de Farmacia, en la calle del mismo nombre; o la vieja sede de UGT (el convento de recogidas de antaño), si le dejan ver los patios; o el Museo Romántico, justo detrás... O pasear entre la gente.


Volvemos al Museo, generosamente rehecho por dentro para que el visitante recorra la historia de Madrid, desde la planta baja –siglos XVI-XVII–, hasta la actualidad. Para la prehistoria hay que acudir al Museo de San Isidro, es decir al Palacio de los Condes de Paredes (de Navas), en donde hay bastantes restos arqueológicos y, si no se ha vuelto a cambiar, el espléndido sepulcro de Beatriz Galindo, entre otras cosas. Lo de cambiar lo digo por la maqueta de madera del Madrid viejo, que ahora reaparece en el nuevo museo de Fuencarral y estaba en San Isidro. 

Entrada al Botánico desde La Castellana
En fin, retazos y movidas, que compensan en buena medida al ver el nuevo lugar y algunas piezas, que en su momento perseguí, y reaparecen aquí (como el mapa de Texeira en una sola pieza, en la planta baja). En las cartelas, algún desajuste: falta por ejemplo el año o época de la maqueta de las gradas de San Felipe; poca cosa en medio de una exposición muy cuidada.

La Plaza de la Paja
De todo lo que he ido comentando al paso he dado noticia en este blog: los ejemplares del Texeira, el Museo Romántico, el Museo de San Isidro, la Academia de Farmacia, el café de la calle Palma... De manera que en esta breve entrada me limito a dar noticia de esta reapertura y a prometerme mañanas felices (abierto de 9-14) en su archivo o depósito documental, en el que he intentado trabajar inútilmente en ocasiones anteriores.

Las ilustraciones están elegida con ese sentido general y primero, desde la vieja estampa del Hospital, con su frente arbolado (de 1900), la cocina abierta del Don Bosco, y dos cuadros de lugares entrañables, el de la Plaza de la Paja –anterior a la fachada de las casas del Marqués de Cubas, y al edificio historicista que hace rincón con San Andrés, quizá con los jardines de Angloma colocados en rara perspectiva para que se vean...–; y la entrada al Botánico por la Castellana. Termino con una preciosa "cocarde" (cocarda con lente) de comienzos del siglo XIX, y con la promesa de volver, al Museo y a estas páginas.



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