Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 6 de diciembre de 2014

El llamado "arte de vanguardia" (I)

Fernando Millán 
El principio fundamental que subyace al llamado "arte de vanguardia" –vamos a emplear esta denominación genérica, para empezar– es el de la insatisfacción, el inconformismo, la sensación (el verbo adecuado sería "barruntar") de que existe un contexto más o menos oculto de falsedad que alcanza a la veta de lo que se llama arte en muchas o en todas (de) sus manifestaciones. No es que el arte contextual, tradicional, heredado, etc. sea falso, es que no satisface aquí y ahora a quien lo contempla o lo practica.
Esther Ferrer
El primer impulso, intuitivo. El segundo, reflexivo y, por tanto, crítico. Quien tenga capacidad de análisis para la historia desplegará su conocimiento para encontrar razones y motivos de tal estado de cosas, casi siempre a partir de las circunstancias en las que el llamado "arte" se produce, se difunde y opera social e históricamente. Suele ser muy difícil ese salto hacia uno mismo, porque implica que el pensador, en este caso, se va a enredar con la bien trabada madeja de lo que, también tradicionalmente, se suele llamar arte, literatura, etc., quehacer firmemente asentado en las estructuras históricas que organizan una formación social: la educación, los valores estéticos, etc.
Si su análisis es riguroso y valiente al mismo tiempo, es bastante probable que el pensador –el crítico– descubra cada vez de manera más evidente las trampas que desembocan en la ciega aceptación del "arte", y que, como consecuencia, comience a ejercer una nueva tarea, todavía más audaz, que puede consistir en 1) admitir las formas presuntamente artísticas que contravienen, rompen, ponen en entredicho, sesgan, etc. la tradición artística heredada, situándolas cuidadosamente en cada caso en un contexto histórico que podría explicarlas. 2) intentar crear, ensayar, esbozar, etc. nuevas modalidades –formales o no– que intenten esa misma función denunciadora, rompedora, etc. y que, al tiempo, sean operativas en el contexto histórico en el que se originan: que no oculten, enmascaren, disfracen, etc., sino que manifiesten real y verdaderamente las condiciones históricas de esa expresión "artística".
José Antonio Sistiaga
De esa postura clarividente –la postura– surgen muchas actitudes: la del silencio puede ser una; la del desprecio hacia las formas artísticas tradicionales que se mantienen en falso, otra; la de la ruptura "vanguardista" –aquí está el otro término– otra.
Las formas o los resultados que emanan de esa situación, a su vez y como no podría ser de otra manera, vuelven al cotarro, en donde nuevamente se consumen y contemplan, se analizan y obligan a la reflexión crítica. 

II
El texto es discutible, el contexto es incontestable


Ya señalé en entrada reciente anterior, que el análisis serio y riguroso de todo ello me lo ha dado la riquísima obra de María Salgado, en donde se analizan las "Poéticas constructivistas en España desde 1964". 

De las obras de Francisco Pino

Coincide la difusión de ese volumen con unas cuantas exposiciones en Madrid de arte, seguimos con la etiqueta, de "vanguardia", fundamentalmente las que tienen lugar en el Círculo de Bellas Artes, en el Palacio de Velázquez (LucianoFabro), en la Fundación Juan March... y muchas más cosas sueltas, incluyendo las que ha quedado "fijadas" y permanentes en otros muchos lugares (cine, música, revistas, arquitectura....)

Juan Eduardo Cirlot, Bronwyn
Si se hace el camino desde la vertiente del espectador, se termina en el mismo lugar. La sala del Círculo de Bellas Artes (Escritura experimental en España, 1963-1983) estaba vacía: los espectadores no entienden que todas aquellas manifestaciones sean "artísticas", formen parte de la misma cadena que los cuadros de Sorolla, los sonetos de Garcilaso o las sonatas de Brahms. La sensación de placer o los efluvios sentimentales que le pueden producir aquellas manifestaciones históricas no se dan bonitamente a quien contempla a Javier Aguirre, Fernando Millán, Ignacio Gómez de Liaño, Felipe Boso, Alain Arias-Misson, Brossa, Pino, Ullán, Esther Ferrer, Isidoro Valcárcel, José Antonio Sisitiaga, Manolo Quejido, Eduardo Scala y demás creadores que allí confluyen; pero no porque no lo logren, sino porque han querido descarada y conscientemente salir de esa tradición e intentar para su arte otros supuestos. Eso es lo que se llama "arte de vanguardia".
J.M. Ullán, Ondulaciones
Lo que tendremos que ver, por tanto, son las razones de esa huida y las nuevas maneras artísticas, en función de qué se han creado.
Por el momento acabamos esta primera entrada que se ha ilustrado con ejemplos de varias de las exposiciones mentadas, y con otros que proceden del Brwony de Cirlot, la obra de F. Pino, la de Ullán, etc.
todos los cuales están representados en aquellas exposiciones, aunque de manera algo irregular: en su mayoría son libros o cuadernos que se exhiben deshojados, a modo de cuadros; he recuperado –de mi biblioteca, claro– su formato de libro en bastantes casos, pues es el que ha funcionado realmente.

De una etapa inmediatamente anterior, a punto de darse la ruptura. Música
celestial...
(1974)de Eduardo Chicharro

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