Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

martes, 16 de diciembre de 2014

El fotógrafo del blog

El fotógrafo del blog en el Museo de Historia de Madrid 
La verdad es que algunas veces el fotógrafo de este blog ha recibido cumplidos por sus fotos. Todas las de este blog –menos algunas subidas de tono, se nota cuáles– son suyas, y las hace con una cámara minúscula, más pequeña que un teléfono. Las fotos son funcionales, se supeditan normalmente al texto, le sirven de apoyo.
Hoy he decidido sacar una foto al fotógrafo para que encabece esta entrada, una de las más típicas: la de una mañana de investigación sencilla en un centro artístico y cultura recién abierto: El Museo de Historia de Madrid, en la calle de Fuencarral, ocupando la hermosa sede de un viejo hospicio, antaño en las afueras, cerca de los pozos de nieve que venían de la sierra, ahora en el centro. 
Mañana de investigación porque, después de un par de meses de ausencia de la capital, he necesitado ponerme al día, al menos, visitando la noria de exposiciones y demás: el Tyssen, BNE, el Círculo de Bellas Artes, Casa de América, Academia de San Fernando.... para ir del tango a filipinas, entretenerme en las calles de Berlín, ver dibujos de viaje... hasta parar en este rincón entrañable del viejo Madrid y reconocer su historia, antes de seguir por los recitales de esta tarde –Pilar González España–, los premios Goya del Doré, etc. y de continuar con lo que, al ser "temporal" va a desaparecer. Madrid también es todo eso, y lo es en frecuencia y calidad pocas veces igualada.

Felipe IV
La máquina de fotos ha trabajado en la sala de investigadores del Museo, en donde he completado mis datos sobre mapas de Madrid, me he enterado de la organización de la documentación que allí se conserva –gracias a la eficiencia y amabilidad de Carmen Sanz, que me ha atendido–, he husmeado una estupenda carpeta de litografías, y otra con fotos de los frescos de Palomino en la Casa de la Villa, entre otras cosas.  
De la cartografia antigua alemana, vista del Palacio del Retiro (s. XVII)
Nótese la estatura ecuestre de Oscar Tacca (hoy en la Plaza de Oriente)
He obtenido fotos detalladas –en los mapas– de lugares de los que no tenía buena documentación gráfica; y, finalmente, he empleado mi última hora en la planta baja, la de las maquetas, para admirar una vez más la maravillosa maqueta de Madrid de 1830, una verdadera obra de arte, sobre la que tengo que dar información más ajustada. No es la del reportaje fotográfico ahora, tendrá los honores de otro para ella sola. 

Maqueta moderna del plano de Texeira (1656)
A veces la foto es complicada, claro, como cuando salen a la luz del objetivo los azules de los plásticos que cubren las fichas de las litografías; o cuando el acristalamiento de la maqueta engaña al objetivo y da la distancia; o cuando el cuadro ha ido sedimentando polvo y suciedad durante siglos... Aun así, el fotógrafo intenta que el resultado sea correcto.
A la salida –en la foto, con la entrada del metro Tribunal al fondo–, el investigador necesita desentumecerse y prefiere caminar por el sol del mediodía y recorrer la animación de la calle de Fuencarral, para perderse por San Mateo, Onofre, plaza del Carmen... Al descender por la calle Valverde hacia la Gran Vía, cruzo el colegio e iglesia de las mercedarias (las monjitas "de Alarcón", en la época, 1606, después de su fundación) y recojo en una última foto el sol que anda por detrás del edificio de la Telefónica. Calle muy familiar (en sentido literal de la palabra, no porque yo la frecuente), que modernamente siempre ha sido centro de una cierta movida madrileña.

La calle Valverde





5 comentarios:

  1. Una mañana envidiable la que describes, se nota que has disfrutado, Pablo. Me alegra mucho que te haya gustado el nuevo museo, y sobre todo que hayas podido "husmear" en grabados y planos, por fin. Ambos nos dan una información impagable.
    Hay que saber valorar el contenido, como tú haces, no solo la apariencia de los nuevos "contenedores" culturales, como alguien puede caer en la tentación. De acuerdo contigo en que la oferta de Madrid es casi única, ¡hay tanto que ver y tan rico!

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    1. Sí, Mercedes, suelo disfrutar ("ratón de biblioteca", ya sabes), pero me gusta compartir los papeles con las calles y las gentes, ¡y hoy Madrid estaba espectacular! En Fuencarral había menos documentación de la que esperaba, al parecer mucha se fue a Conde Duque y entre ella un microfilme de un autógrafo de Lope que he buscado mucho (y que se acaba de publicar en facsímil no venal). La oferta cultural de Madrid es sencillamente inigualable; pero yo no sé cómo se casa eso con otros aspectos culturales de la capital de sus gentes... ¿o son todo turistas? No es lo que veo. Un abrazo

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  2. Muchas gracias por acercarnos de esa bella manera, el bello Madrid.
    Quería aprovechar este espacio, además de para decir yo también que me gustan mucho sus fotografías, que le recuerdo con mucho cariño a usted, como alumna suya que fui en la Autónoma de Madrid, hará unos treinta años.

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  3. Hola, Maribel. Tú también tenías un blog, recuerdo. ¡Cuánto tiempo! Me viene bien tu comentario y recojo tu recuerdo: este es el primer año que no doy clases, al menos en España, aunque ocasionalmente todavía... tu comentario, por tanto, me alegra muchísimo. Ahora me reparto entre Madrid y otros lugares. Un beso

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  4. Gracias. Es usted generosísimo llamando blog a lo mío. Me alegro mucho de que siga usted fenomenal. Un abrazo.
    Maribel.

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