Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

viernes, 4 de julio de 2014

ha vivido conmigo mucho tiempo



Esta casa        conoce tantas cosas
ha vivido conmigo      mucho tiempo
hubo veces      que abrió todas las puertas
otras hubo      que fue      para secretos

tuvo amores     y tuvo desengaños
tantas veces    oyó     lo de te quiero
ahora sabe      que solo     permanece
el juego de las luces sobre el tejo

cuando llegan las lluvias del otoño
el tojo y el carballo    van al fuego
las llamas crecen     encendidas     mientras
esperamos      los dos     que llegue invierno

el piano de chopin     suena en la noche
escuchamos la música    en silencio





4 comentarios:

  1. Maravilloso lugar. Mágico. Si no fuese vivienda particular se me inventa perfecto para turismo rural. Parece muy lontano de urbes bulliciosas. Estoy del otro lado del Atlantico

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al otro lado del valle, enfrente, hay una famosa casa rural. Sí está "lontano" de urbes bulliciosas (Ferrol a unos 30, La Coruña a unos 60....). El ruido habitual es el de los cuervos –muy abundantes– y el de la lluvía recorriendo el valle. El mar se oye cuando está bravo, porque está detrás de la montaña de enfrente, a un par de kilómetros. Allí se acaba la Península Ibérica, anónimo.
      Desgraciadamente, voy a vender la casa...

      Eliminar
  2. Todas las casas guardan en su memoria llantos y te quieros.
    Es como la tierra del camino o las piedras viejas que memorizan nuestros pasos.
    Si hablaran, si hablaran..., pienso yo muchas veces.
    Bicos.

    ResponderEliminar
  3. Es un hogar de muchos. Aquellos días tranquilos, serenos, en los que el atún y el pollo fueron lo mismo para un paladar infantil y el engaño fue muy bien acogido por otras risas infantiles. No puedo pensar en que cambie de dueño.

    ResponderEliminar