Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 21 de junio de 2014

Flor de loto con tinta china


Modo es de cortesía intentar mirar y comprender como quienes nos rodean y acompañan, al fin y al cabo un modo de vida en común, el más grato de todos. Por eso este rapsoda, que va de un lado a otro, se asoma con frecuencia –y sobre todo ahora que voy a viajar a lejas tierras–, a lo que hacen las gentes con las que va a convivir, sobre todo los que exteriorizan ese modo de ser y de comprender, es decir, a los que llamamos artistas. Lengua y lo que se entiende por arte son dos modos idóneos para comprender lo ajeno. 

Nenúfares –lotos– en el Botánico de Palermo
Iba el párrafo para dar paso al comentario de la exposición que ayer se abrió con el nombre de "Estanque de Fantasía" en el Centro Cultural de China en Madrid, con pinturas de Dong Xiaoming, en las que los nenúfares rubenianos, es decir, la flor de loto se transfigura a través de la tinta china y se disuelve.


Tinta china con flor de loto en cuadros
que son difusas manchas y distantes,
y la armonía que inventó la historia
en papel, bronce y aquelarre oscuro


–por Dong Xiaoming–: así serán los nuevos
tiempos, color que se reduce a gris,
disolución del pensamiento en formas
que trazan universos imposibles


y descomponen la serenidad
que permitía contemplar la pura
flor de loto a la luz del mediodía
infinita hermosura ajena y lejos.

El arte ha vuelto a recobrar la vida,
que venga la belleza a nuestro lado.


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