Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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jueves, 30 de enero de 2014

Uno de los mejores mundos posibles....


Ha sido una casualidad reencontrar esa coloreada playa de Saint Malo en el Tyssen –yo nunca la conocí así, claro que falté el mes de agosto– y releer en ese itinerario de sonetos de Jacques Roubaud (Churchill 40 et autres sonnets de voyage....; París: Gallimard, 2004) el que evoca la Villaine, pasados treinta años. Mis recuerdos son más viejos, de cuarenta años; pero me sirve el gesto de Roubaud:

Après trente ans, plus, tu ne reconnais rien.
Si, ce coin de bâtiment sur la Villaine,
Son quai (mais là, c'est quarante ans qui t'éloignent
De ton vieux souvenir (vieux, autant que toi,

Autant que toi d'oreille dure, de coeur
Agressif; un oeil presbyte, l'autre oeil myope,
L'un (oeil de ta mémoire) que croit parfaite
Ta vision d'un passé si lointain, l'autre (oeil

de ta memoire) où ces images se brouillent.
Tú t'accommodes des deux. Ils te présentent
l'un de ces plus-que-parfaits mondes possibles

Que sont les mondes qui on été)); de la
Fenêtre de ton bureau tu regardais
Couler la rivière. Mais dans quel sens? Quel?

Saint Malo es rico en referencias, que yo asocio a la tumba de Chateaubriand y al "Conte d'éte", de Éric Rohmer (de 1996, aunque también transcurre en Dinard) y a una novia juvenil perdida, incluso en sus imágenes –Dominique Derenne. Encima del Grand Bé veía esa playa del cuadro de Maurice Prendergast (+1924, el cuadro lleva fecha c. 1907). La verdad es que más parece una plaza de la Costa Azul, y no asoman por ningún lado las murallas que tanto carácter dan a la patria de Jacques Cartier, el descubridor de Canadá. La evocación múltiple confluye en algunos de los versos de Roubaud, en esa confusión de imágenes múltiples, que cuando ya andas con los recuerdos prendidos con alfileres y equivocando, como Borges, realidad, sueño, imaginación y literatura, entonces señalas como uno de los mundos más perfectos posibles  "les mondes que on eté", los que fueron, los que han sido. Y no, no es una versión actual del nessun maggior dolore o del "cualquier tiempo pasado fue mejor" ni sus variantes. Creo que en Roubaud es más profundo aún: es como si la plenitud se hubiera también creado con el tiempo de la navegación. 


Los poetas, sin embargo, van más allá de los asertos simples o las sentencias filosóficas, de modo que en la brevedad del soneto cabe un último escorzo: el río se va, se desliza.... pero, ¿hacía dónde, en qué dirección?


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