Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

martes, 24 de julio de 2012

Gallardón, un iluminado fundamentalista


Aquella frase tranquilizadora de Rajoy (“vamos a gobernar para todos los españoles”) no va con Gallardón, un iluminado fundamentalista, que va a convertir en delito lo que piensan y admiten al menos la mitad de los españoles. ¿Nadie le ha dicho que eso es precisamente gobernar contra los que no piensan como él?
Si Gallardón hubiera nacido en Irán, en China, en un país esquimal, en los emiratos árabes.... aplicaría con rigor las penas correspondientes que en otros contextos se basan en otras creencias, porque se hubiera educado en una escuela de aquellos lugares, le habrían inculcado aquellas ideas y habría asistido a las prácticas de esas sociedades. ¿No puede imaginarlo?
Es lo peor de las personas que se creen cultivadas porque se han adherido plenamente a las creencias históricas de su pueblo, las que le han imbuido en su medio, familia, colegio.... y que, una vez adquiridas, desde esa misma creencia y doctrina, las justifican, para cerrar el círculo doctrinal y condenar todo lo que es ajeno a su miseria humana: la de vivir encerrados en un dogma, desde el que juzgan todo lo que les rodea. Es tanta su estrechez cultural, tanta la ceguera intelectual, que no sabe darse cuenta de que en nuestro contexto cultural europeo lo que él va a convertir en delito es razonablemente admitido. Gallardón lapidaría adúlteras, ejecutaría penas de muerte, permitiría la ablación, aconsejaría penas corporales a mujeres atrevidas.... bastaría haberle educado en cualquiera de los lugares donde la ley apoya esas prácticas y dejar que su natural fundamentalista obrara.
Una segunda consecuencia de tan curioso comportamiento queda clara después de las declaraciones del líder socialista –y es lo que piensa mucha gente que va a ocurrir–, los sujetos políticos se encargan de zarandear a nuestra castigada sociedad, ahora ya no solo humillándola económica y laboralmente, también sometiéndola al vaivén de sus ideas: vendrán los socialistas y cambiarán la ley, y lo que no ha sido delito durante los cuatro años pasados, que fue luego delito de, pongamos, febrero del 2013 a junio del 2015, ya no lo será de nuevo en mayo de ese mismo año.... ¿No dejarán que la gente pueda obrar libre y personalmente, sin comprometer con ideas propias las vidas ajenas? Es condición de los ultras precisamente obrar de ese modo, de manera que será inútil intentar convencer a Gallardón y su círculo de ultras de que “el otro” puede pensar de otra manera; pero españita había empezado a ser un país moderado, no de ultras enfrentados, lugar hacia el que parece que nos llevan a marchas forzadas, los ultras precisamente.
Una contestación “ultra” de signo contrario sería, por ejemplo: vamos a convertir en delito la deformación de la educación cuando pasa por creencias religiosas y a pedir penas y condenas para los que lleven a sus hijos a hacer la primera comunión o a los que salen en procesión con escapularios gritando vivas a la virgen. Y utilizando las propias declaraciones de Gallardón: “No sé cómo hemos podido vivir tanto tiempo soportando esa barbarie deformadora de la condición humana”.
Una posición moderada es la que permite que personas, grupos, etc. ejerzan libremente según sus creencias, sin pensar que el aborto razonablemente consentido, va en contra de mis creencias; o que la educación religiosa de tono ceremonial aparatoso va en contra de mis principios; y así en multitud de casos (que pasan por las uniones de parejas de todo tipo).... Argüir con las propias creencias en la mano –como hace Gallardón y quienes le apoyan– es suponer que todos hemos de tener y defender esas creencias: vanidad, falta de un mínimo de conocimiento histórico, ceguera ideológica, fanatismo.
Que ocupe el ministerio de justicia un individuo con esas ideas es para echarse a temblar. Sería mejor que Rajoy le nombrara obispo y le diera una parroquia lejana con muchas monjas.

5 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo.

    ResponderEliminar
  2. Helo helo por do viene
    el ministro Gallardón,
    la toga revuelta al brazo,
    demudada la color
    y en la su mano derecha
    un decreto vengador;
    siete veces se ha pensado
    si lo decretaba o no
    siete veces desde arriba
    coro celestial le habló
    que si no lo decretaba
    bien se enojaría Dios
    etc

    ResponderEliminar
  3. Estupendos anónimos tengo hoy. Voy a añadir una foto de la sede catedralicia que pido para Gallardón.

    ResponderEliminar
  4. Gallardón, el político que pasó durante años como de centro.

    ResponderEliminar
  5. Y que ahora está intentando ganarse a la rama "ultra" del PP, sin parar en medios.

    ResponderEliminar