Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 3 de marzo de 2012

Fray Luis de León, para recobrar autógrafos



El deseo de retrazar un itinerario de investigación lleva muchas veces a la búsqueda de la fuente original, que puede ser el autógrafo –o el hológrafo, o la primera edición impresa..., depende de los casos. Para reconocer un autógrafo, sin embargo, hay que saber que esa y no otra es la letra del autor o de la obra investigada. Muchos son los caminos que pueden llevar a esa seguridad, pero el más generalizado consiste en confrontar la letra que se tiene por autógrafa con la que indudablemente lo es: la firma en un documento público o notarial. Esa es una de las razones de mis visitas a los Archivos Históricos de Protocolos, aunque no sean los únicos lugares en donde se conservan documentos históricos de valor fehaciente.
Voy a dar la muestra de un itinerario de este tipo referida a Fray Luis de León, cuyas odas estamos leyendo estos días en mis clases de la Universidad Autónoma. Para ejemplo y adorno de esas mañanas docentes –de los lunes y martes– y en honor de mis buenos alumnos, he buscado documentos originales de fray Luis, fuera de los más conocidos (los mamotretos que escribió en la cárcel, que se encuentran en la BNE; la versión del Libro de Job....) y he encontrado un reducido conjunto documental auténtico en otro lugar –no sé si debo decirlo, no tiene mucha importancia–, del que daré noticia uno de estos días, en donde se encontraba esta carta, en principio autógrafa, del agustino.


De acuerdo con lo postulado antes y con una copia –digitalizada– de la carta, he pasado una de mis mañanas en el Archivo HPM recogiendo firmas de fray Luis, en donde hay una decena de documentos, aproximadamente, algunos ocasionalmente localizados y otros no. He recogido los que son de los mismos años que la carta, de hacia 1590 (fray Luis muere en 1591). Doy a continuación muestra parcial de esos documentos, del lugar en donde firma:




Como bien se ve, la firma es la misma, la carta es auténtica. 
Y de ese modo, con ejercicios posteriores, que algún otro día se pueden ver (el más interesante: sacar un abecedario de la firma), se confrontan documentos y se autentifican. Así he podido detectar la existencia de documentos del Conde de Villamediana, la falsedad de mucha documentación cervantina, las frecuentes equivocaciones con homónimos en la documentación de Quevedo, la falsedad de firmas autentificadoras en copias (de Santa Teresa, de San Juan, de Juan de la Cueva....) Etc. Todo se andará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario