Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

jueves, 23 de febrero de 2012

Garcilaso el melodioso (IV)



Corresponde, después de habernos empalagado con su dulzura, volver a algunas otras cuestiones métricas de la nueva melodía; porque la nueva melodía –con sus técnicas y artificios– acarreaba curiosos problemas que pocas veces, si alguna, se habían planteado antes, por ejemplo el dejar que en aquellos sintagmas largos y biensonantes –los endecasílabos– aparecieran dos acentos fuertes juntos, lo que luego se ha llamado el “antirrítmico” y hasta se ha analizado entre nosotros (Ferguson) y en otras lenguas (Menichetti).  Garcilaso y sus lectores pudieron resolver la contradicción o bien de oído o bien teóricamente, además.

La resolución es muy sencilla para el caso que el antirrítmico aparezca, precisamente, al lado del lugar de mayor intensidad: de la sexta sílaba o de la décima, sencillamente la elevación del ritmo escala alturas apoyándose en el de la quinta o novena, que quedan subsumidos en el más alto que le sigue. Otra fue la solución, sin embargo, para el caso de la séptima (cuando precede el de sexta, ya lo veremos), que produjo una sonoridad nueva, casi hemistiquial, aprovechado hasta lo exquisito por poetas posteriores, verbo y gracia por Herrera y Góngora.

Esa concurrencia de dos acentos rítmicos seguidos, por lo demás, se produce cuantas veces la lengua lleva a versos sintagmas de esas características; cuando la resolución es dudosa, conviene señalar que se impone el ritmo sobre la lengua, es decir, la estructura métrica sobre la sintáctica.


1558 (y nótense los antojos)

En los ejemplos que siguen, de todo hay; para empezar una muestra de falsos melódicos (3.6.10), que en realidad pueden ser ejecutados como sáficos

3.4.6            renovar tanto el mal que me atormenta;
                   porque dél pueda tanto entristecerme

modalidad muy abundante en Garcilaso quien, probablemente lo oía como sáfico (4.6) y no como melódico (3.6), acentuando el ritmo par sobre el impar. Lo mismo que en estos otros ejemplos, también muy abundantes:

3.4.8            que a morir venga de tristeza pura.
3.6.8            Y por esto Salicio entera cuenta
                   a do quiera estáis estad comigo
                   sin comer y dormir bien cuatro días.

En donde el ritmo sáfico se asienta en 4.8  y 6.8, en el primer caso aceptando un antirrítmico –subsumido– en tercera; en el segundo despreocupándose del primer acento de apoyo para lograr el ritmo 6.8. Cierto es que en este vuelo hacia el ritmo, lejos de la lengua, puede llegar hasta la falsa sonoridad:

2.3.8                Aquí está quien te ayudará a sentillo

En donde el apoyo en cuarta resulta muy forzado.
Sin que falten ejemplos de todo tipo, bien logrados:

3.6.8                             con los miós que de tal calor movidos

No suele haber problema, en general, con el antirrítmico, que se utilizará muchas veces como marca de estilo y expresividad. La serie siguiente, si bien se analiza, presenta ejemplos de todo tipo

1.4.6.7                     Tú conociste bien una doncella
2.3.6                        de dos árboles altos la colgávamos
2.5.6.8                     que mientras estás vivo ser podría
3.4.6.8                     yo seré dulce más que sano amigo
3.4.6                        y daré buen lugar a tu tristura
4.6.7                        diversamente así estaban oliendo
4.6.7                        como pudiste tan presto olvidarte
2.4.6.7                     adiós montañas, adiós verdes prados
4.6.7                       que pues buscalla a mí no se consiente
3.(5).8                     a requerir de un ruiseñor el nido
2.4.6.7                     Camila es esta que está aquí dormida
1.5.6                        mientras con razón clara te demuestro
2.5.6                        y luego con voz clara y melodiosa
4.6.7                        para que solo en mí fuese probado
1.4.5.8                     y no os detendréis mucho según ando
3.4.6.8                     y por sol tengo solo vuestra vista
3.4.8                        donde vi claro mi esperanza muerta
2.5.6.8                     y el golpe que en vos hizo amor en vano
1.4.6.7                                        bien es verdad que no está acompañada

Todavía nos quedan más observaciones a Garcilaso el melodioso.
Lo importante es ahora que recalquemos una vez más cómo el poeta toledano estaba inventando una nueva lengua poética, y no solo ya en sus fuentes, modos, temas, estilo, etc. , sino incluso en su melodía y ritmo, disponiendo –por ejemplo– de qué manera habían de sonar aquellos segmentos sonoros y de qué manera disonaban.

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