Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

martes, 24 de mayo de 2011

Métrica (9). Trisílabos

Los versos cortos están apareciendo con mucha frecuencia en poesía actual, a veces asociados a imitaciones de poemillas orientales, otras como componente de composiciones libres. No poseen mucha entidad, pues pocas son las variaciones rítmicas que permiten, solo dos; de manera que el trisílabo sigue siendo un verso asociado, en funciones de ayuda de composiciones polirrítmicas, por ejemplo en el ovillejo (Quijote, I, 27).  Recuérdese lo que decíamos a propósito del bisílabo y de la poesía tradicional y popular, en donde no suele aparecer más que como palabra que sostiene un vago estribillo ocasional. Con esas características se documenta tempranamente en alguna jarcha. Es frecuente, del mismo modo, en la poesía de imitación popular moderna:

3   El campo                     2
3   de olivos                     2
6   se’ abre y se cierra      2.5
6   como un abanico.        2.5
6   Sobre el olivar             5
6   hay un cielo hundido... 1.3.5

(García Lorca, Poema del cante jondo)

Sin embargo, se da como variante de coplas quebradas en la poesía de cancioneros de la baja Edad Media. Tras su utilización como verso vicario durante los siglos xvi y xvii, lo recuperan los neoclásicos y se convierte en la base de las tonadillas desde finales del siglo xviii. Iriarte, Espronceda, Zorrilla, Avellaneda... lo cultivaron. Atravesó con su función de verso ocasional de apoyo el modernismo, para revitalizarse con el neopopularismo de los años veinte, que lo cultivó luego incluso en poemas largos (décimas y otros poemas extensos de Jorge Guillén en Cántico, Lorca, Alberti, Francisco Pino…), recuperando el encanto de su levedad. Poetas actuales, como decía, han vuelto esporádicamente a jugar con sus posibilidades, sobre todo en poesía experimental; pero no es raro que aparezca en las silvas modernas, quebrando, de la misma manera que lo había hecho, ocasionalmente, en los cancioneros medievales. Véase casi toda la serie de silvas de Cántico, de Jorge Guillén: “Amistad de la noche”, “Las cuatro calles”, ”Santo suelo”, “La nieve”, etc. Y este ejemplo de verso libre en César Vallejo (en Trilce):

11  Ya no reiré cuando mi madre rece           1.4.8.10
11  en infancia y en domingo, a las cuatro     3.7.10
12  de la madrugada, por los caminantes       6+6=5.+5.
5    encarcelados,                                         4
3    enfermos                                               2
3    y pobres.                                               2
……….

El mismo Vallejo utilizó con relativa frecuencia el trisílabo, a veces de modo muy expresivo, cerrando poemas, tal “Me viene, hay días, una gana ubérrima, política…” (de Poemas humanos, que termina “en todo); o el 64 de Trilce:
…..
7    Así, muerta inmortal.    2.3.6 v.e
3    Así.                              2

O como caso descanso y vocativo.
Su estructura rítmica suele ser oóo, es decir, la del pie tradicionalmente llamado anfíbraco, aun cuando puede darse oó y oóoo, como ya veremos:
Erigiendo ooóo
el gran
mortal

de cuna oóo
a tumba  oóo
forzoso oóo

(Carlos Germán Belli)

Combinaciones
Componente ocasional de multitud de series de versos. Quiebra con frecuencia al hexasílabo, y entra en sus combinaciones:
3-2/4/5/6/7 en poesía neopopular moderna; en versificación irregular. Ejemplo de Amado Nervo (en El éxodo y las flores del camino):
3  conciencia                     2
3  sé clara                        (1).2 v.e.
7  pero con esa rara          4.6
5  inconsistencia…             4

3-5-11 en Gerardo Diego:
11  Niño dormido en el florido huerto.      1.4.8.10
11  Una cosa tan solo aún es más bella.   1.3.6.(7).8.(9).10
5    Niño despierto.                                 1.4
3    Estrella.                                           2

3-7  formando coplas o cuartetas con el segundo verso quebrado a tres, a modo de variación sobre las coplas de pie quebrado; en Rubén Darío:
7  Cuando tus negras fauces,                   4.6
3  ¡oh tumba!,                                        (1).2
7  me libren de mis penas                        2.6
3  profundas…                                         2

El mismo Darío en cuartetas heptasilábicas que quiebran su tercer verso a trisílabo: Bandera que aprisiona / el aliento de Abril, / corona / tu torre de marfil… Es combinación que repite Gabriela Mistral (“Piececitos”, “Manitas”, etc.).

3-9 en Rubén Darío, cuartetos de eneasílabos que quiebran su último verso a trisílabo, en “La vida y la muerte” (de Del chorro de la fuente).

3-6-10-13… en Unamuno (Teresa), con tendencia a formar serie rítmica óoo:
  13 Ahora vuelve ese canto / traído en la brisa 7+6=(1).3.6+2.5
  6 como una sonrisa 2.5
3    del cielo,                                                2
13  y rozando su tierra, / tañendo su yerba,  7+6=3.6+2.5
6    me trae de conserva                              2.5
3    mi anhelo.                                             2

3-6/10/13… por la misma razón de serie rítmica puede darse cualquier tipo de combinación como esta.
3-12 quebrando el tercer verso de un cuarteto de dodecasílabos, como en “Cantares” (en Alma), de Manuel Machado.
3-6-12 de carácter dactílico en Zorrilla, en series descendentes o escalas métricas (“Salmodia”).

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