Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

martes, 12 de octubre de 2010

Carga docente, sabáticos, horarios...

En varios momentos y todo lo públicamente que he podido he protestado por el tugurio universitario en donde trabajo, con todo tipo de iniquidades, arbitrariedades y corruptelas. Es lo único que a estas alturas puedo hacer. 
Mañana completo mi horario docente, que he intentado centrar en el primer semestre, para poder investigar, trabajar, estudiar durante el segundo, que de esas actividades se alimenta la docencia, porque si no sabemos nada poco podremos trasmitir. Ocurre además que, después de un único sabático, lejano de unos quince años (llevo cuarenta años en la universidad), he intentado –la última vez el año pasado– optar a esa gracia, que la ley y los estatutos de la universidad nos concede, sin éxito siempre, ya desde mi propio departamento en donde se promociona a profesores más jóvenes, sin querer entrar en el razonamiento de que los senior, como yo, el más antiguo, no tendremos más oportunidades, en tanto los junior contarán todavía con tres o cuatro periodos de siete años –el plaza que dice la ley que da derecho a un sabático– para seguir optando a ese tiempo de trabajo. En los departamentos eso –y todo, hasta lo que uno dice que ha dicho, mi nombre, etc.– se "vota". Al parecer en esta ocasión todos nos hemos quedado sin sabático, por la famosa "crisis": pero vamos a salvar los bancos, o sea que tranquilos, que si se salvan los bancos se salva el sistema. ¿Y quién quiere salvar el sistema?
Vuelvo a mi docencia, en la que no se me ha computado –como también dicen los estatutos de mi universidad y el buen sentido– ninguna de mis actividades investigadoras o docentes, entre las que se cuentan, por citar solo las dos específicamente nombradas en los papeles oficiales, la dirección de proyectos de la DGICyT o la dirección de un Título Propio o Máster.
De manera que con esas condiciones, mañana miércoles –todos los miércoles del primer trimestre– empezaré mi horario a las nueve (por cierto, la única hora que pedí, por compasión y razones familiares que no me pusieran) y daré clases de primero de 9-10. Luego tendré durante noviembre dos horas más del antiguo doctorado o postgrado sobre "Investigación", de 10-12; y luego, si llego vivo, culminaré con otras dos clases de 12-14 sobre Poesía Barroca, también de posgrado. Se podría pensar que me han acumulado las clases en un solo día. No tal, los martes empiezo también mi jornada a las 9 (quien confeccionó los horarios se cebó con mi petición, de 9-11) a los chavales de primero, y luego la culmino de 13-14 con un curso de Poesía española actual. Y los jueves, además del regalito de la clase de 9-10 otras dos de 12-14 sobre poesía. Y dejo de enumerar.... otras actividades docentes, entre las que se cuentan las tutorías, corrección de trabajos, informes, reuniones...
Es curioso, por tanto, como la rigidez de los horarios, los cupos y demás, se cumplen en solo una parte y se mira para otro lado cuando uno señala que el POD (Programa de ordenación docente), además, habla de sabáticos, reducción de horarios por, etc. La manipulación de la ley, la norma y los papeles se hace desde instancias interesadas, probablemente, por tanto, corrompidas.
¿Qué se esperará realmente que haga mañana, por ejemplo, a las 12? ¿Qué esperarán de mí esos veintipico matriculados de posgrado, gente seria, por tanto, cuando ya no sepa ni de qué tengo que hablar o qué tengo que enseñar?
Ando pidiendo ayuda a becarios, colegas, amigos... con todas las cautelas, para no tener que pedir una baja por cansancio y hastío infinito hacia esta universidad. Y lo proclamo.

3 comentarios:

  1. Preciso tiempo necesito ese tiempo
    que otros dejan abandonado
    porque les sobra o ya no saben
    que hacer con él
    tiempo
    en blanco
    en rojo
    en verde
    hasta en castaño oscuro
    no me importa el color
    cándido tiempo
    que yo no puedo abrir
    y cerrar
    como una puerta

    tiempo para mirar un árbol un farol
    para andar por el filo del descanso
    para pensar qué bien hoy es invierno
    para morir un poco
    y nacer enseguida
    y para darme cuenta
    y para darme cuerda
    preciso tiempo el necesario para
    chapotear unas horas en la vida
    y para investigar por qué estoy triste
    y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo

    tiempo para esconderme
    en el canto de un gallo
    y para reaparecer
    en un relincho
    y para estar al día
    para estar a la noche
    tiempo sin recato y sin reloj

    vale decir preciso
    o sea necesito
    digamos me hace falta
    tiempo sin tiempo.




    Poemas de Mario Benedetti

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  2. No es que me quiera inmiscuir en su vida pero, dado que me deja opinar en todas sus páginas, lo hago en esta también... para algo la ha puesto usted en su cuaderno, para que la leamos y opinemos.
    Se felicitó por no haber eliminado nunca un comentario: yo le felicito más aún. Sin embargo, por si no quiere dejar pistas a "malos", "buenos", "extraños", etc. no publique éste si no quiere (yo no lo haría, hay que ser un poco malo). Es para usted.
    Vaya de inmediato a su doctora (casi todas son mujeres y a los hombres les miman mucho más) de cabecera y ¡pida la baja ya!.
    Exagere los síntomas que tenga y otros que se le ocurran: por agotamiento nervioso. Explique que no duerme en toda la noche, que cada mañana siente náuseas y que piensa que no vale la pena ni salir de casa, que le entra sueño al conducir, que no come y se infla a cosas dulces para consolarse, que le hacen acoso laboral, que se siente sin fuerzas y con un nudo en la garganta ...
    Por lo que explica, no parece que le aprecien mucho en su departamento ni usted a ellos, por lo tanto, ¡qué más le da!, que se apañen una temporadita sin usted.
    Después de unos días en casa sin tener que ir, ya se acostumbrará, sin pensar que es un irresponsable, etc. ¡Lo necesita ya!
    Si no se cuida en este momento y aprovecha que está bien y con ganas de escribir poemas y hacer fotos bonitas para este cuaderno, puede que, repentinamente, ya no pueda hacer nada y no tenga ganas de nada.
    Si pide la baja en buen momento podrá disfrutar de lo que le gusta; si no, puede que le pille hecho polvo y cansado hasta para apreciar lo que ahora mismo le supone placentero.
    Pruébelo: no vaya en unos meses. Después, cuando le empiecen a descontar algo, vuelve a su doctora y que le dé el alta para probar unos días y luego, otra temporada de baja.
    Puede exagerar los síntomas pero también es prevención porque la paliza que le presupone ir a las clases con ese horario al final le pasará factura y, si sus familiares dependen de usted, lo van a pasar mal también.
    No creo que sus compañeros tengan la culpa: es que la vida laboral en general se ha recrudecido y es así.
    Pero usted debe defenderse haciéndose el "malo" un poco: debe jugar su juego.
    ¡Qué más le da lo que diga la gente a estas alturas si dice que es el más viejo allí!.
    Que hablen: usted a lo suyo.
    Se relaja, se levanta tarde, se hace un nuevo horario para ir a nadar a la piscina más cercana todos los días, se prepara buenas comidas sanas, se pasea por el Retiro cada día y más allá, explore nuevos paseos, se pone a escribir ... puede dejar de investigar un poquito.
    Si abandona sus máster y doctorados tampoco pasa nada: no se crea imprescindible. Que le consulten en casa y en un par de meses o así ya volverá. La gente se apaña que da gusto cuando está sola. ¡Para algo sirven la tecnología y el correo electrónico!.
    Libérese de todo para usted solo, lo tiene que hacer ya, por una temporadita.
    Después volverá a todo muy descansado, con más defensas.
    ¡Anímese a pedir la baja, tiene todo el derecho y no se va a arrepentir de nada!. Al principio puede que tenga remordimientos pero es una trampa de la mente tonta.

    Don Libra (como veo que escribe su Doña Chiqui, la comentarista número, uno por ahí)

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  3. ¡Ah, y una vez hecha su proclama!, no proclame más sobre el asunto hasta que pida su baja, ya sabe, para no dar pistas a "los malos".

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