Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

lunes, 27 de septiembre de 2010

Romances noticieros: "Cuchara de palo...", en la UAM

Campus de la UAM
Con la cuchara de palo
me quisiera asesinar,
parece una vaca loca
a punto de reventar;
con el ojo que me mira
no me deja de mirar,
con el que le queda libre
apunta sin acertar,
y la rabia que le crece
no le deja averiguar
si lo que quiere es hablarme
o tan solo es insultar;
salivilla y dedo alzado,
remolino lenguaraz.
Con la rima de su nombre
se delata por detrás,
antaño fue de los unos,
los otros van por detrás;
hasta el romance se asusta
de tanta procacidad.

¿Cómo torcer estos versos
y la cordura encontrar?
¿Cómo desviar disgusto,
cobrar la serenidad,
dejar que los malos ganen
como siempre ganarán?
In media res esa escena
es la que quise contar
y reducirla a los versos,
como todo lo demás.
Rediman versos malicias
y deja todo pasar.
¿Sabrá de versos el profe,
las palabras se sabrá
que dicen lo que es nobleza
que solo dicen verdad;
o solo sabe la pose,
las gafas y el ademán,
como tantos, como tantos
en este oscuro lugar,
de pedantería hueca.
Profes de universidad.

2 comentarios:

  1. Hay que reconocer que tienes un talento satírico excelente. Lo bueno de esta sátira es que está dirigida contra una institución social que constituye, a la postre, una forma de poder. El profesor de universidad como perteneciente a una sacerdotal. La universidad como lugar oscuro / de pedantería hueca. Qué antecedentes más nobles, por otro lado, Quevedo, por supuesto, e incluso el Antonio Machado de la España de charanga y pandereta / cerrado y sacristía. Que tú, Pablo, seas profesor de universidad le presta a tu sátira un valor especial, por cuanto no deja de haber una crítica de lo propio, al menos de lo que se está haciendo con la profesión propia. Pesimismo, falta de ingenuidad, constituyen, también, un ingrediente propio que contribuyen a configurar una visión del mundo muy humana que se distingue en no pocos de tus poemas, al menos los que a mí más me gustan.

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  2. Muy bien lo que dice anónimo. Pablo, deberías volver a los sonetos para dejar las sátiras en el esqueleto.

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