Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

martes, 22 de junio de 2010

De los diez modos de "China destruida"

"Diez modos de" constituyen una sección de "China destruida":  Modos de mentir a Heidegger, modos de subir el ascensor con un señor, modos de hacerse una paja, modos de hacer empanadillas, modos de cuidar violetas compungidas, modos de volar por encima del mar, modos de hablar con san juan de la cruz, modos de distinguir opacos, modos de llegar a ser ministro, y modos infinitos y sublimes. Quintetos blancos son.
No todos podrán ser voceados públicamente; pero a lo mejor el modo de hacer empanadillas puede servir a alguien, por eso lo incluyo.

MODOS DE HACER EMPANADILLAS

Receta para hacer empanadillas:
Se reserva una tarde de domingo,
se ponen los cuarenta principales,
se sacan los hojaldres y el relleno,
se arrinconan las cosas del amor.

Se pone el vino blanco en la nevera,
se preparan los platos y el mantel;
mientras doblas la pasta con cuidado
y el tenedor te sirve de moldura,
rechaza la invasión de los recuerdos.

Coloca con cuidado cada pieza
bien rellena con pisto y aceitunas
en el horno caliente, a noventa;
unta la superficie con aceite
de oliva y sé paciente mientras doran.

No te desvíes con pensamientos raros
que no son más que empanadillas, modos
de hacer empanadillas los domingos
por la tarde, que no te pasará
nada, ya lo verás. Mañana lunes.
 
Ten cuidado que nada se descubra
de lo que dentro va tan bien guardado
mientras se forma costra por defuera.
Cuando ya nada puede deshacerse
y todo cobre una apariencia hermosa,

se sacan con cuidado por si queman
y se dejan enfriar ligeramente;
se llevan a la mesa, aderezada,
para que todo el mundo las admire.
Y se invita a cenar a la vecina.



3 comentarios:

  1. Genial! la proxima invitanos a nosotros y no a la vecina que ya estara empachada y repiendo esas aceitunas!

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  2. ¡Espero que el sábado haya empanadillas y berenjenas para celebrar el fin de los exámenes y el comienzo de la revista!

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  3. Pues vaya sorpresa: qué “elegantes” son los títulos que ha escogido de los “modos de” ... alguno que otro se salva, eso sí.
    Muy agradecida por su “modo de hacer empanadillas”. Lo único que siempre he oído decir a los buenos cocineros (a los malos también), que para cocinar, sobre todo, hace falta hacerlo con amor. Por eso, sospecho que “a su modo” no pueden salir bien las empanadillas si arrincona el amor, con sus cosas.
    Yo le sugeriría que, ya que pone el vino –si es tinto, mejor- en la nevera, lo saque al final del poema y se lo beba. Es esencial; que doble la pasta y los recuerdos con cuidado, los moldee con el tenedor y que le invadan plenamente, hasta muy dentro. Se sirve una buena copa de vino blanco. Una vez rellenos los recuerdos, se miman con paciencia y se dejan dorar. Si se tienen a mano pensamientos raros, se añaden al relleno. Se toma otra copita. Se mira todo en el horno con cariño: si persiste la melancolía, otra copita y se sigue mirando hasta que esté todo bien hermoso.
    Luego mete otra botella en la nevera, invita a la vecina, al vecino y a la suegra del vecino. Se saca la otra botella y ¡a beber vino y comer empanadillas con mucho amor!.

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